martes, 15 de febrero de 2011

Historia de miedo

Aún no te has dado cuenta amigo mio nacemos para morir, mas no lo aceptamos, nosotros deseamos no morirs y esas ganas nos lleva a reproducirnos, a llegar a ser algo en esta vida para ser recordados, para no morir.
Los relámpagos estremecen la noche que se mantiene asustada, los cuervos se posan en los epitafios sin miedo al diluvio que baña el campo santo, las puertas se han abierto en esta noche para faltarle al respeto a los antiguos vivientes.
Apresurate muchacho eres muy lento, le dice el viejo y alcoholizado Harold, al delgado, joven y agotado Daniel, mientras saca la tierra de lo que solía ser un inmaculado sepulcro, ya voy señor Harold, es lo más rápido que puedo, al sonar el metal de la pala con la madera de la tumba los ojos del señor Harold dan un brillo de ambición y se apresura diciendo: ya muchacho ábrela.
Al abrir la tumba no encuentran huesos y ropa desgastada con gusanos, monedas de oro y joyas finas es el contenido de la tumba, muchacho esta es la razón de nuestra profanación dijo Harold, ayer me llegó a mi un rumor en la taberna del centro, un borracho descuidado reveló que su abuelo guardó el tesoro familiar para no dejárselo a nadie el muy pillo, nos dijo el lugar donde se encontraba el tesoro, pero nadie le creyó
La verdad no es siempre la única manera de hablar, pues si sabia el donde se encontraba, por qué no iba el mismo por ello, le preguntamos y nos alardeó de que el tesoro estaba maldito, lo tomamos por un ebrio idiota, pero esta mañana después de la resaca se me vino a la mente junto con las deudas que ya me estan volviendo loco y decidi venir a comprobar, claro que como soy viejo y débil tenia que traer a un joven fuerte que me ayude y ese eres tu, además seras mi socio muchacho te tocara el 5%.
Viejo tacaño pensaba Daniel. ! Ya saca el tesoro niño idiota! ya quiero irme de este espantoso lugar, ten mételo en esta bolsa, ya esta señor Harold, muy bien larguémonos de aqui, los dos socios estaban felices por aver conseguido tal botín que parecia ser mas que pura fantasía de borrachos, al dirigirse al sendero que llevaba a la sálida extrañas presencias comezaron a salir de sus tenebrosos y fangosos santuarios, entes que solian ser personas se acercaban sigilosamente hacia el par de alegres socios, pero que lluvia muchacho parece no tener fin, pero en unos instantes estaré en la taberna con un par de cervezas y esas morenas que tanto deseo... no habia terminado de profesar la frase cuando un ser repugnate se le avalanzó al viejo Harold mordiéndole la garganta...

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